“Si hay algo que vuele lejos en el mundo es la palabra.
Literalmente vuela, porque el sonido que lanzamos al viento se monta en el aire
y va de mi boca al oído tuyo, donde se cuela misteriosamente para tocar otras
miles de palabras que duermen en tu cerebro vistiendo pensamientos, adornando
recuerdos, descifrando olores y sabores, tacto, deseos… Luego tomas ese pájaro inquieto que movió
emociones, que despertó otras palabras dormidas en la profunda intimidad y
vuelves a reconstruir mi palabra para enviarla con la tuya al viento, rumbo a
otro corazón y a otro oído.” Francisco Cajiao[1]
[1]
Extraído del texto libro al viento Por qué leer y escribir en el apartado de la
presentación escrito por Francisco Cajiao pág. 9.
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